En épocas de verano, es normal que nos quememos la piel con los rayos solares en la playa o incluso realizando cualquier tipo de actividad al aire libre. Es por eso que en nuestro anterior post hablamos de diferentes consejos para evitar el exceso solar en la piel (Piel protegida en 5 tips); pero si aun así llegamos a quemarnos, hoy os traemos otra serie de trucos para tratar la piel en este tipo de casos. De esta forma, podremos aliviar la piel y devolverla a su estado natural.
En primer lugar, recomendamos una ducha con agua tibia sin frotar la zona de piel quemada. Con esto pretendemos que baje la temperatura de nuestro cuerpo y se calme así la piel irritada y, si al salir de la ducha seguimos sintiendo sensación de quemazón, aconsejamos la colocación de unos paños húmedos en esa misma zona para prolongar así el efecto durante el tiempo que necesitemos.
A continuación, es muy importante hidratar la piel, ya que es ésta la única forma de que los tejidos se regeneren y para ello podemos usar cualquier tipo de crema hidratante o after sun. Nunca debemos usar aceite o vinagre para estos casos, ya que lo único que conseguiríamos sería irritar la piel y empeorar el estado de la quemadura.
Por último, y para que le regeneración de la piel sea más rápida, es aconsejable untar la zona irritada con una mezcla de Aloe vera y vitamina E varias veces al día hasta que la piel esté curada por completo.
También es importante recordar que, mientras nuestra piel esté quemada, no debemos seguir exponiéndonos al sol, ya que una simple quemadura puede acabar derivando en un problema bastante más grave.
Y por supuesto, intenten evitar tener que llegar a este tipo de soluciones por el bien de su propia salud.